PRIMERA PARTE
Remontados en los años 1600, época en la que el imperio español en su afán
de fortalecer su poder, intentaba reafirmar su condición de potencia en el
mundo europeo, y los reyes católicos de España patrocinaban expediciones hacia
otras latitudes, y las guerras entre las monarquías
eran demasiado cruentas y arruinaban las naciones inmersas en luchas
fratricidas por la hegemonía de ese continente.
España volteaba la mirada hacia nuestro hemisferio virgen y rico en
recursos naturales y metales preciosos,
emprendiendo la más grande campaña de colonización jamás conocida en la
historia de la humanidad, con el objetivo de conquistar al continente
americano, pues habían fallado en Europa y Asia.
Ante las circunstancias que se presentan es cuando deciden enviar a estas
tierras avezados veteranos de luchas en Europa para implantar su régimen de
saqueo y terror en América.
Desde la Patagonia hasta el sur de los Estados Unidos, fue objeto de estas
embestidas del poderío español, donde implantaron en nombre de los reyes y de
Dios la evangelización, para así dominar a los naturales y apoderarse de los
recursos naturales.
Venezuela, él edén del continente, no escapo a estas pretensiones ibéricas,
y es así como se instalan en nuestra nación y en Colombia un virreinato que facilitaría la tarea política de la época,
así como congregaciones religiosas que serían el vehículo de ideologización de
las personas autóctonas de nuestro país.
También llegan "comerciantes europeos", una suerte de saqueadores
de oficio, con amplia experiencia adquirida durante las guerras e invasiones en
Europa.
Sometida la población de indígenas, a través de la evangelización y la
barbarie, proceden a desmantelar las etnias existentes para formar pueblos y ciudades bajo el patrón español que servirían de
punta de la lanza para continuar su avance en la ocupación de Venezuela. Era un
botín predilecto, aquí se encontraba el preciado oro que hacía falta a la arruinada realeza europea.
La historia sigue su curso y el 10
de mayo del año 1679, el monje Fray Tomas Guerrero, conjuntamente con indios
catequizados que pertenecían a la raza Caribe y traídos de las cercanías de san
Bernardino y El Pilar fundan el pueblo de San José
de Curataquiche, ubicado en una altiplanicie cercano a la ciudad de Barcelona y
al lado de la carretera colonial del sur.
Según diferentes cronistas, el nombre dado al referido territorio se debe
al árbol El Palo Curataquiche, el cual hasta el
momento es desconocido para sus pobladores.
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